Qué te aporta la meditación

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Qué te aporta la meditación suele ser una de las primeras preguntas que escucho cuando alguien siente curiosidad por la meditación. Es una pregunta muy válida. Generalmente todos queremos saber que sacaremos en claro si decidimos realizar un esfuerzo.

Aunque la pregunta es bastante simple, la verdad es que no hay una única repuesta. La meditación tiene unos efectos comunes para todo el mundo que la practica pero además tiene unos efectos individuales que varían de persona a persona.

¿Por qué sucede esto? Pues sencillamente porque cada uno de nosotros somos seres únicos`. Vivimos y experimentamos un universo propio que tiene necesidades y cuestiones personales únicas que resolver. Esto condiciona que, en cada uno de nosotros, la práctica de la meditación tenga efectos diferentes y hace que en este caso sea más complicado desgranar todos sus efectos pues en gran medida, dependen de cada experiencia individualidad.

A mi juicio esta es la parte más bonita de la meditación: el elevado nivel de personalización que alcanza en función de las necesidades únicas de cada uno de nosotros.

En este artículo vamos a ver qué te aporta la meditación, al menos en su lado de “efectos comunes”. Pero además intentaré que entendáis qué puede aportaros a nivel individual.

Qué te aporta la meditación: efectos comunes

La meditación tiene una serie de efectos comunes que la comunidad científica está tratando de contrastar. En 1930 se comenzaron a realizar las primeras investigaciones tratando de analizar los efectos de la respiración en yoguis. Hoy, gracias al avance de la tecnología, principalmente debido al desarrollo de los scanner cerebrales es posible estudiar cuales son los efectos de la meditación sobre las diferentes regiones de nuestro cerebro con resultados sorprendentes.

La neurociencia está empezando a ver como la meditación es capaz de cambiar el cerebro, la mente e incluso el cuerpo. Además están constatando que la práctica de la meditación continuada puede provocar cambios duraderos en la función cerebral y la transformación del comportamiento.

Esto es algo bastante interesante porque generalmente recurrimos a la meditación para cambiar cosas en nosotros mismos, buscar significado o para tener una mejor comprensión de nosotros mismos.

De acuerdo con las investigaciones, la meditación puede ser una práctica efectiva para cambiar. Vamos a ver algunos ejemplos concretos de qué te puede aportar la meditación:

  • Reducción del estrés y de la tensión arterial.
  • Mejora de la atención.
  • Favorece y mejora la concentración, reduce la divagación mental.
  • Cambios en la materia gris del cerebro que favorecen la memoria y el procesamiento emocional.
  • Ayuda a tomar mejores elecciones
  • Mejora nuestra empatía, resiliencia y reduce los juicios y los comportamientos automáticos.

A estos ejemplos, podemos añadir otros como mejorar la calidad del sueño, favorecer la relajación, la calma y la tranquilidad o mejorar la capacidad para controlar las emociones y sentimientos, así como la habilidad de introspección. Además existen otras líneas más novedosas de investigación sobre como esos cambios pueden impactar en los telómeros y favorecer, incluso, la longevidad.

Resumiendo

En definitiva, con lo que debemos quedarnos hasta ahora es que la meditación practicada de forma recurrente es capaz de provocar cambios duraderos importantes en el ser humano, lo cual nos ayuda a mejorar en muchos niveles.

Esta recopilación recoge solo algunas de las áreas abiertas de investigación más significativas. Sin embargo, la lista de lo que nos podría aportar la meditación es mucho más extensa. A medida que se vayan dedicando más recursos y los estudios se amplíen, probablemente descubriremos nuevas aportaciones.

En la actualidad, la ciencia está corroborando por qué la meditación como herramienta ha perdurado durante tantos siglos. Antiguamente se utilizaba, porque les funcionaba, aunque no tuvieran este tipo de evidencia científica, sino se habría perdido. Ahora que comenzamos a tenerla las conclusiones que se van alcanzando sobre su valor no dejan de sorprendernos.

Aunque solo consiguiéramos alcanzar la mitad de esos efectos más físicos que nos aporta la meditación, bien merece la pena hacer el esfuerzo que supone. Pero aún hay mucho más.

Algunos efectos individuales que te aporta la meditación

Más allá de todos esos efectos físicos cuantificables científicamente que nos aporta la meditación, hay otros igual de importantes que dependen de las características individuales de cada uno de nosotros.

Todos hemos ido construyendo, desde que existimos, unos determinados antecedentes basados principalmente en lo que hemos aprendido y/o lo que hemos vivido (ese universo personal y único del que hablábamos al principio). Todas esas experiencias dan forma a nuestras creencias, anhelos, deseos, preferencias e incluso impulsan muestras expectativas.

Toda esta esa información crea un programa de funcionamiento mental único e individual que opera, en su mayor parte, de forma subconsciente.

La mayoría de nosotros tenemos un conocimiento muy superficial de cómo funciona nuestro programa y de las implicaciones que tiene para nuestro crecimiento y desarrollo como seres humanos.

Vivimos la mayor parte de la vida con el “piloto automático”. Aunque esto pueda parecer beneficioso, el no disponer de un conocimiento profundo de quienes somos y cómo funcionamos puede ser un área importante de vulnerabilidad. Principalmente cuando la vida nos reta, nos pone delante de cambios imprevistos o simplemente cuando, elegimos cambiar algo en nosotros (puede ser un hábito, una forma de ser…etc) o tomar una dirección diferente.

Dentro de lo que aporta la meditación, hay una parte muy importante de conocimiento personal único y muy valioso.

Ante esas circunstancias que hemos visto, la meditación nos da la oportunidad de conocernos mejor y ese conocimiento profundo de nosotros mismos y de nuestro propósito mejora indudablemente nuestra capacidad de resiliencia y adaptación.

¿Por qué esto es así?

Porque la meditación nos permite hacer consciente el programa. Desconectar el piloto automático y cambiar aquello que no contribuya a nuestro bienestar y felicidad. O si prefieres, la meditación abre un aula donde aprender sobre esos aspectos únicos de nosotros mismos.

Muchos de ellos operan sin control, limitando, coaccionando o incluso impidiendo que alcancemos lo que queremos ser o hacer. Hacerlos aflorar abre infinitas posibilidades y dispara nuestro potencial como seres humanos.

La meditación puede ayudarte a abrazar los cambios y la vida en general, desde una mayor consciencia de ti mism@ facilitando la conexión con tu propósito, el bienestar y felicidad.

Esperamos que esta información, aunque resumida, te ayude a entender qué te aporta la meditación y te ofrezca argumentos suficientes para comenzar a meditar. La meditación no defrauda. Si necesitas ayuda o simplemente quieres meditar, también podemos ayudarte ponte en contacto con nosotros.

Fuentes:

Davidson, Richard J, and Antoine Lutz. “Buddha’s Brain: Neuroplasticity and Meditation.” IEEE signal processing magazine vol. 25,1 (2008): 176-174. doi:10.1109/msp.2008.4431873

Djikic, Maja, Ellen J. Langer, and Sarah Fulton Stapleton. 2008. Reducing stereotyping through mindfulness: effects on automatic stereotype-activated behaviors. Journal of Adult Development 15, no. 2: 106-111.

Singh Y, Sharma R, Talwar A. Immediate and long-term effects of meditation on acute stress reactivity, cognitive functions, and intelligence. Altern Ther Health Med. 2012 Nov-Dec;18(6):46-53. PMID: 23251943.

Kemper KJ, Khirallah M. Acute Effects of Online Mind-Body Skills Training on Resilience, Mindfulness, and Empathy. J Evid Based Complementary Altern Med. 2015 Oct;20(4):247-53. doi: 10.1177/2156587215575816. Epub 2015 Mar 17. PMID: 25783980.

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Short-term meditation training improves attention and self-regulation. Yi-Yuan Tang, Yinghua Ma, Junhong Wang, Yaxin Fan, Shigang Feng, Qilin Lu, Qingbao Yu, Danni Sui, Mary K. Rothbart, Ming Fan, Michael I. Posner Proceedings of the National Academy of Sciences Oct 2007, 104 (43) 17152-17156; DOI: 10.1073/pnas.0707678104

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